Hoy todos somos los reyes y reinas de los datos. Datos por doquier de clientes, noticias, productos, lugares donde ir… El exceso de datos es algo a lo que ya nos hemos acostumbrado pero que no solemos saber gestionar y convertir en información que al fin y al cabo es de lo que se trata.
A menudo por la mala calidad, por la nula actualización, la mala fe del origen o la falta de conocimiento, se produce un sesgo de la realidad que puede provocar un desastre cuando queremos interpretar esos datos y escoger una estrategia buena de trabajo.
Podríamos enfocar el tema desde diferentes perspectivas y encontrar soluciones y metodologías para solventar esa montaña de datos, pero en esta ocasión me gustaría escribir sobre una: La importancia de utilizar todos los datos y variables posibles cuando pretendemos alcanzar una conclusión.
«Es lo que siempre hemos hecho», la respuesta más habitual a ¿Por qué haces el estudio con esos datos de clientes?
Una historia que se suele explicar para entender bien lo importante que es valorar el tipo de datos que necesitamos, es la del sesgo del superviviente: Cuando lo importante es lo que no se ve.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Marina Norteamericana quiso reforzar con blindaje los puntos débiles de los aviones de combate. Para lograr el objetivo, identificó el punto de impacto de proyectiles de los aeroplanos que regresaban y de esta forma posteriormente, acorazar esas zonas y evitar los daños en lo posible.
Tras un tiempo de estudio, se observó que los lugares donde los aviones recibían más impactos eran la cola, las alas y la parte central. Ese era el objetivo: Reforzar las zonas más dañadas.
Pero un matemático húngaro, emigrado a los EEUU escapando de los nazis, llegó a una conclusión totalmente opuesta. Abraham Wald sugirió que eran el morro, la zona media del fuselaje y los motores los que precisaban de un blindaje especial.
Para Wald lo que hacía el estudio era demostrar las zonas donde los aviones podía soportar mejor los daños puesto que eran los que regresaban.
Precisamente no se apreciaban impactos en algunas zonas porque era ahí donde los recibían las aeronaves que no acababan regresando y eran destruidas.
Esto es una forma común de tratar los datos, buscar un sentido y no reconocer que lo estamos haciendo de una forma incompleta. Seguro que hemos pasado decenas de veces por situaciones similares y esa estrechez de miras nos ha provocado este error y una lamentable decisión.
Por lo tanto es fundamental saber qué información queremos encontrar pero también es muy importante reconocer sobre qué datos lo debemos hacer.